Yacimiento íbero de Puig de Castellet

¿Sabías que...?

entre los diferentes poblados iberos ya se comunicaban?

Los iberos acostumbraban a construir sus poblados en lugares elevados para dominar visualmente todo su entorno. Desde el poblado de Puig de Castellet se mantenía contacto visual con los poblados de Montbarbat y del Turó Rodó, ambos en Lloret pero también con el poblado ibero situado en la montaña de Sant Joan, en el pueblo vecino de Blanes. Para comunicarse, sobre todo en caso de peligro, utilizaban un sistema de señales de humo o un “sistema de espejos” con elementos que reflejaban el sol, con algún tipo de lenguaje pactado entre ellos.

PUIG DE CASTELLET

 

El recinto fortificado íbero de Puig de Castellet se encuentra en una colina de unos 195 m de altura. Desde el rellano donde está situado se domina la línea de costa de la desembocadura del Tordera hasta el extremo oriental de la playa de Lloret.

 

Las campañas de excavación y el estudio de los materiales han permitido saber que el recinto tuvo una vida aproximada de un cincuenta años durante el siglo III aC Son los momentos en los que Roma y Cartago luchan por el control del Mediterráneo occidental en las llamadas Guerras Púnicas. El Puig de Castellet fue construido entre la primera y la segunda de estas guerras hacia el 250 aC y fue abandonado definitivamente poco después del final de la segunda, en los alrededores del año 200 aC Durante estos tiempos difíciles fue un punto de vigilancia sobre el mar para asegurar la defensa de los otros asentamientos cercanos, en especial del gran poblado de Montbarbat.

 

El recinto tiene una forma pentagonal y parece limitado por murallas en tres de sus esquinas, uno de los cuales hace ángulo obtuso, y por el otro se apoya en el promontorio. En el interior encontramos once espacios rectangulares de una, dos o tres habitaciones adosados ​​a la muralla y dejando un área central libre. De esta manera se aprovechan las condiciones de orientación y exposición solares. En el área central se excavaron un conjunto de fosas para recoger el agua de lluvia, servir de vertedero o, como pozos, captar el agua del subsuelo. Además, encontramos uno de los tres hornos con que contaba el recinto.

 

La comunicación con el exterior se hacía a través de una entrada principal, protegida por una torre y un pasillo en ángulo, en el lado este, y a través de la esquina oeste, abierto en un principio, y más adelante cerrado y fortificado.

 

Los diferentes espacios tenían diversas funciones. Podían ser casas, lugares de trabajo o almacenamiento o espacios comunitarios, de uso colectivo.

 

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